Senegal 2012 Medical Camp

Vacaciones Solidarias con la Fundacion ArcelorMittal.

En mi inmenso afán por vivir muchas vidas durante la única que tengo, vi que en mi empresa ofertaban la posibilidad de aprovechar mis dias de asueto participando en unas vacaciones solidarias colaborando con proyectos diversos en distintas partes del globo y no dudé en presentar mi candidatura. Ya lo habia intentado en 2011 pero el premio me salió en 2012.

El destino, Senegal. Eso para mi era lo de menos, lo que queria era participar y hacer lo posible. Poco a poco se cuadraron fechas, destinos y compañeros de viaje. Y un dia jueves 12 de septiembre me embarque casi sin conocimiento, sabiendo unicamente que iba a participar en un campamento médico, que iba a ser duro y espartano, que tocaba asistir a gente que no tenia acceso a sanidad básica, que tendriamos que listar todas las miserias humanas, que veriamos cuadros horribles y que se nos revolverian las entrañas.

Un plan perfecto.

 

 

 


Dia 1 Dakar

El primer dia solo fue el transito entre Gijón y Dakar, conociendo poco a poco al resto del equipo. Casi todos con unas credenciales viajeras y de bonhomía que aseguraban el exito de la expedición, si bien no imaginaba yo ni por casualidad que iba a ser tan espectacular. Curiosamente por no se que extraña razón ya resonaba en mi cabeza Bob Marley susurrandome “Everything's gonna be alright”.

Yo a mi aire, como es costumbre. Eminentemente independiente...

Llegamos a África, el de verdad, el África Subsahariana, negra. El África que impacta. Te sacude en pleno rostro varios golpes seguidos que te dejan noqueado, despertandote a una nueva realidad. El primer golpe es el calor, intenso, húmedo, envolvente, aplastante pese a ser las 10 de la noche. Luego viene el golpe de las habituales cacofonias de un país que no es el tuyo. Tras ello, llegan las pequeñas grandes diferencias entre la asepsia de las instalaciones de un aeropuerto europeo y las de uno en un pais sin desarrollar, percibes la provisionalidad, las averías, los agujeros sin tapar, el descontrol y desgobierno. las pequeñas miserias diarias que aqui, en Europa, son inconcebibles.

Entrando en la recogida de equipaje te asalta la tribu de conseguidores, ayudantes, cargadores, consejeros, amigos, conocidos, taxistas, recogedores, transportistas y demás gente desocupada que deambula por la terminal como si fuera su casa. He de reconocer que no son tan traumaticos como los moros, asi que poco a poco recogemos nuestras maletas entre sonrisas y curiosas conversaciones y vamos saliendo de la terminal, donde te azota la intensa vida latente, plena de juventud y lozanía, esperpéntica en su ambiente festivo sin ser fiesta, de ritmo lento pero aun asi agresivamente ruidoso que parece abundar en Senegal. Miriadas de gente deambulando como polillas, ofreciendo sus servicios a la captura de un turista al que extraerle unos dólares. Tambien pega la sorprendente calma con la que se actúa, ejercitando el arte de la paciencia frente a la actividad que parece discurrir en torno nuestro. Y se me van quedando grabadas las primeras imágenes, golpe a golpe, fotograma a fotograma. Coches destruidos circulando, taxista que duerme en el maletero del coche, otro que dormita tirado en el suelo, basura en todas partes, gente sentada en cualquier rincon como si formara parte del paisaje, mucha gente por todas partes, gente mayor, gente joven. Esto es África.

No muy lejos llegamos a nuestro destino. El hotel en Dakar me parecio una mierda infame, en plena calle de salida de los aviones del aeropuerto, sucio y decadente pero es solo una noche, la cocina es bastante buena y estamos en primerisima línea de costa, sabremos conformarnos.

 


Dia 2 A Saraya

Amanecemos temprano tras una noche perra, plena de ruidos de aviones despegando y aires acondicionados sonando como autobuses tuberculosos. Nos subimos a los coches que nos harán atravesar todo Senegal de oeste a este, 700km en un dia. Son varias pick-ups y fui a escoger la peor. Cuando ya estamos en marcha, descubro con horror que no funciona el aire acondicionado ni la ventanilla cierra. Va a ser un viaje muy, muy largo.

La salida de Dakar se prolonga demasiado, parecemos dar vueltas sin sentido, buscando gasolinera y bancos para cambiar dinero. Mientras tanto me voy quedando con imágenes de la burbujeante vida de Dakar, todo el mundo parece estar en la calle, todos ocupados en el inmenso y bullicioso hormiguero que es la capital. Me sorprendo del estado de los vehiculos, en Europa hace tiempo que les hubieran dado la extremaunción, son zombis circulantes que todo lo ensucian. En cuanto paramos, nos empiezan a acosar los primeros pedigüenos, apenas niños con la lección de la mendicidad bien aprendida. En todas partes toca....

Salgo hacia la concurrida avenida y descubro la microeconomia que inunda todos los paises sin desarrollar, acá una tienda de retrovisores, allá alguien vende una cesta de plátanos, aquel ofrece agua congelada, este oferta cepillos de dientes, unos llevandolo en mano, otros en sus puestos, míseros casetones de madera desafiando su propia vejez leprosa. Sin embargo este ambiente paupérrimo no parece tan agresivo como en Nepal que representa mi actual medida de la miseria.

 Poco a poco abandonamos suburbios por autopistas de peaje que no son tal hasta que de repente, el primer baobab, la primera gran imagen, icónica, del Africa negra. Aún cuando este a pie de arcen en una raqueta de lo que pretende ser una autopista me arranca el primer grito de ilusión...

La carretera es infame, el trafico demencial y cuando paramos a comer en Kaolak nos entra el pánico viendo todo lo que nos queda por recorrer. La cómida me sabe a gloria y bebo hectolitros de agua para compensar todo el liquido que estoy perdiendo en el caluroso interior del coche sin aire, pese a la ventanilla abierta que lo único que ofrece es un ruido atronador. De tanto saludar y hacer el canelo consigo la hazaña de quemar el brazo derecho, está claro que tengo piel de princesa.

Al final caen más de 13h de coche entre un paisaje de sabana africana primordialmente verde, rebosante de vida y pasto porque estamos en plena estacion húmeda. Poco a poco vamos observando las diferencias en los pueblos y casas, de la casa estilo europeo pasamos a la cabaña cuadrada de techo de paja para acabar en la cabaña redonda techada con paja, veo muros en los campos que me hacen preguntarme porque tienen estos senegaleses la costumbre de ponerle puertas al campo, ¿harán lo mismo en el mar?

Kedougou no muestra nada porque ya no hay luz y finalmente la llegada a Saraya, muy de noche ya, cena tradicional y reparto de habitaciones. En primera instancia me creia desafortunado porque me tocaba uno que roncaba algo. El tiempo demostraría que tuve mucha suerte. Simplemente con oir los berridos que salian de la otra habitacion masculina me reconciliaba con mi fortuna. Y yo que creia haberlo visto todo en el tema ronquidos...

 

 

Dia 3 Medical Camp I

El sábado lo dedicamos a la organización y toma de contacto. Nada más desayunar, salimos a dar una vuelta por el poblado, reconociendonos, como una pequeña bandada curiosa de turistas aterrizados de una nave espacial. Solo tiene una calle asfaltada, la carretera principal, niños, ancianos, animales y todo tipo de vida campa a sus anchas por el pueblo ya a primera hora de la mañana. Tambien empiezo a descubrir el caracter de la gente que me acompaña, dejan de ser modositos y alguna muestra su afilada lengua. Esto promete...

Saraya es una ciudad descarnada, libre de todo lo básico que tenemos, apenas una calle asfaltada, algo más un millar de habitantes, con un hospital paupérrimo, escuela primaria, un hospital equipado cerrado por falta de energía eléctrica y varias tiendas que venden de todo...

 El campamento esta como minimo escaso de equipamiento, habitaciones compartidas, no hay agua corriente, solo un par de bidones que se rellenan cuando a su vez el pozo tiene agua, no hay luz mas que de 7pm a 1am, la cocina general es la del hospitalillo y tenemos un rinconcillo con un par de fuegos de gas provisoriamente techado y un comedor que es apenas un techado de paja que no protege demasiado de la lluvia. En la que es mi habitacion, que comparto con otros dos, el equivalente a la taza es a su vez la ducha y con el tiempo acabare pisando sin querer dos ranas que tambien habitan con nosotros. Hay otras dos habitaciones de 8 y 5 camas y una gran sala comunal donde duerme el resto del personal. En total somos 10 europeos y mas de 40 senegaleses, médicos, enfermeras, matronas, chóferes, colaboradores, hay un poco de todo.

Hacemos una asamblea-reunion donde se organiza todo el mundo para participar en el campamento médico. Cada dia saldrán 4 coches hacia 4 pueblos más o menos accesibles, 3 para atencion médica con un equipo compuesto de médico, enfermera, comadrona y actor secundario. El otro vehículo salía con un equipo de vacunacion con el presunto fin de torturar niños en beneficio de las multinacionales farmaceuticas. De las tareas domésticas también nos tenemos que encargar los habitantes del campamento. 

El resto del día se pasa sin sobresaltos, quitando que perdi una excelente oportunidad para estar callado y de premio me lleve una excursión a la radio con participacion en directo incluida. Suerte que soy un tipo con muchas tablas y salí con bien de la situación. Y que nadie parece haberme escuchado...

En la noche damos un pequeño paseo por el pueblo atechados por un millon de estrellas, recupero con ganas el cielo de mi infancia aunque sorprendentemente no consigo localizar mi punto focal, la estrella polar, la que siempre marca el norte. Aqui, entre tanto destello estelar no la encuentro pero no me hace falta, pienso que estamos tan remotos como podia imaginarme y desear, estamos en un pueblo abandonado de la mano de dios y quizás de la de los hombres pero para mi fortuna no me siento perdido ni solo. 

 

Dia 4 Medical Camp II

Primer día del campamento médico, a las 7 desayunando y a las 8 en carretera, por llamarlo de alguna manera porque es un firme infame, una mierda de pista de tierra en principio que luego se convierte en un camino de cabras rodeado de vegetacion exhuberante que a veces se ve sorprendentemente asaltada por un pequeño esbozo de civilización en forma de campos cultivados. Tras más de dos horas de traqueteo y previa visita a un centro de salud en mitad de ninguna parte y con apenas el equipamiento básico que tenemos los europeos en casa, llegamos a nuestro destino, hay mucha gente esperándonos ansiosos, agolpados en lo que pretende ser la plaza del pueblo, montamos el chiringuito y a mi me toca la farmacia y la organización de los que esperan a la puerta.

Comienza a agolparse más gente a la entrada y yo intento ordenarlos, priorizando a los más graves. Aún así, es un totum revolutum, nadie respeta la cola, todos entran a mirar con la malsana curiosidad infantil, todos, niños y mayores. Sigue llegando gente, muchos niños, inmensas bandadas de infantes correteando por todas partes y hay otros muchos de ellos enfermos, yo me miro las manos y solo cuento dos, suaves, breves lineas, cinco delgados dedos cada una. Me siento pequeño, muy pequeño para arreglar el mundo y me doy cuenta de que esto va a ser duro, mucho.

Efectivamente lo es.

El tiempo pasa lento, doblamos las atenciones, tanto el médico como la enfermera atienden a todos los que pueden y yo reparto las bolsitas de medicamentos, Tengo que aprender Mandinga para explicarles cuanto y cuando deben tomar dado que muy pocos hablan francés. Hay momentos de buen humor pero hay más momentos muy duros, no paramos a comer siquiera, todo lo más a ratos me salgo afuera a respirar el inmenso calor africano que me vence y a organizar un poco la gente que se agolpa a la entrada. A través de la escasa puerta veo 15 cabezas observando lo que pasa en el interior junto con las 8 ó 9 personas que estamos en la mísera choza que nos han prestado como consultorio. El tiempo discurre a paso de tortuga, deslizandose muy lento, las cosas casi pasan solas por maduras, es un río de melaza que fluye despacio, sin estaciones de paso, sin hitos que cumplir. Entran familias con 5 hijos y los 5 están enfermos de malaria, hay algun caso grave y muchos casos menores que acaban con nuestra moral y nuestros medicamentos. Y cuando eso ocurre, recogemos y nos vamos.

Así de simple, así de duro. Levantamos el campamento mientras todos el pueblo sale a despedirnos, regalándonos unas mazorcas de maiz y unas frutas pero igualmente nosotros nos largamos.

Ya por fin puedo comer el mísero bocadillo aunque no me entra nada bien. La congoja, la sensacion fustrante de estar abandonando a esta gente puede conmigo y con mi hambre. Se me parte el corazon al ver aquella gente despidiendonos alegremente mientras nosotros los abandonamos a su suerte. Sin mas. No puedo pretender arreglarlo todo pero todo lo que hago me parece poco, aprendo, ayudo y aún así me parece formar parte de un decorado, como si todo fuera artificial y falso. La realidad que absorbo en ese momento es que yo me voy con mi coche y los que enfermen a partir de ahora se tendrán que buscar la vida para sanarse.

Afortunadamente, al llegar al centro de salud encuentro enmarcadas en una ventana recién pintada un par de sonrisas luminosas esperando por mi y a la vuelta de la esquina, no se como ni porque, dos pequeñas estrellas negras se abalanzan sobre mi y se llevan parte de la pena.

A la noche la cena tenemos que hacerla nosotros, cena temática española, improvisando sobre la marcha con los productos locales, presentandola tarde, de cualquier manera, con soluciones de urgencia, entre risas, buen humor y un descontrol absoluto. Aun así parece que es apreciada la cena y tras ella, comienza lo bueno, solo falta el fuego de campamento, conversaciones y risas hasta las lágrimas, observo con sorpresa como engranamos los 5 españoles que somos para construir una sola rueda de amistad y risas hasta que la luz se va y toca ir para cama.

 


 

Dia 5 Medical Camp III

Hoy me toca vacunación. Madrugo para preparar el desayuno y partimos en otra direccion distinta, no sabría decir si Norte, Sur, Este u Oeste. Tanto me da si yo lo que quiero es servir. Al final me encuentro con el responsable del proyecto mientras mi grupo de vacunación deambula y busca lo que le falta, no parecen tener muchas ganas de trabajar. Nos ponemos manos a la obra, codo con codo, con las pruebas de malaria y la organización de las prioridades médicas. Aprendo a hacer el test de malaria, en principio me cuesta un rato hacerme a la idea de pinchar, de hacer daño aunque sea con el fin de curar. Luego, cuando ya me hago a la idea, me resulta hasta automático. Y placentero diría, porque me siento últi y resolutivo, parte de un sistema que funciona. Este día transcurre plácidamente, en buena compañía, nada en comparación con el día anterior, el médico es más lento y no hay tantos enfermos ni tan graves. Me puedo permitir el lujo incluso de jugar con los crios a carreras entre el sofocante calor. Otros niños se aterran simplemente con verme y yo disfruto haciendolos rabiar. El ambiente con la gente es cercano y cálido, no parecen enfadarse, hasta sus reproches por hacerles esperar son alegres. Alguno se acerca con excusas peregrinas cuando lo único que quiere es atención y brinda a cambio una sonrisa. Hay trato!

De vuelta al pueblo y por la noche, otro día de alterne y conversaciones tras la cena hasta que dan la hora de ir a dormir. Hoy ha sido un gran día.

 

Dia 6 Medical Camp IV

Es dificil levantarse pronto y ducharse con medio caldero de agua en un baño infame pero es lo que toca y a todo se acostumbra uno. Hoy toca actividades con la comunidad, en esta ocasión hay que pintar la escuela de un pueblo. Pinto y juego con los crios cuando acabamos de pintar, poco despues de mediodia, corro tras ellos, les enseño juegos de mi infancia y alguno de mi escasa madurez y nos volvemos a Saraya. Por la tarde, visita a Kedougou para abastecernos y esparcer un rato.

Kedougou, pese a ser capital de provincia, no pasa de tener dos únicas calles asfaltadas, problemas con el suministro de gasolina y mucha suciedad que la invade y la vence. Pese a ello, es vibrante, bulliciosa, hermosa en su miseria, quizás por su alegría contagiosa que es transmitida por el calor de su gente (y el de las calles) Es un alegre burdel de colores entre inmensas montañas de basura y calles de barro.

En la noche hacemos un espectaculo ridiculo en la radio, se oyen nuestras carcajadas por encima de la emision. Tras ello, la consiguiente tertulia. Tengo suerte y no dejo de pensarlo. suerte de estar aquí, ahora y no dejo de ser plenamente consciente de ello, de ser afortunado por poder contar con esta gente, uno cálido, una mordaz, uno tierno y una flor y este ambiente que creamos entre todos. De entre mis multiples aspectos, muestro mi cara alegre, despreocupada, vívaz, me siento joven y vivo, es como retroceder 15 años y volver a la eterna adolescencia. Me reúno de nuevo alrededor del fuego, brilla el cielo nocturno mientras se acerca otra tormenta mas sobre un cielo negro épico, dibujados los escasos perfiles del paisaje gracias a millones de voltios atravesando el cielo entre tambores y bombas. Son hermosas, muy hermosas las tornentas en África, bajo este cielo azabache perlado. Y sobre todo ello resuenan nuestras risas. No como, no duermo casi, me ducho con agua fria de un caldero en un baño de mierda donde hay ranas y sin embargo, así soy feliz.


Dia 7 Medical Camp V

Otro dia para ejercer de pseudoparamédico. No nos vamos muy lejos ni la pista es tan infame así que el dia resulta fácil. Esta vez me toca de asistente, realizo TDR's, los test de la malaria, tomo temperatura y organizo los accesos al médico. La práctica se nota para hacer más fluida la organizacion aun cuando convivamos con el caos habitual. En ocasiones estalla el silencio y me sorprendo, por momentos abandonamos las voces, lloros y constantes parloteos, se abre un paréntesis y son instantes casi magicos.

La salud global del pueblo parece mejor, el ambiente es más festivo, la compañía alegre y no tenemos casos muy graves aunque si tenemos miseria como en todas partes. Hay tiempo incluso hasta para comer por turnos. Para la atención médica nos prestan las aulas de la escuela, llenas de polvo, con cabras atechadas en las letrinas. Al fondo arrinconada en una esquina luce una mezquita del tamaño de una caja de zapatos, hecha apenas de barro y techada de chapa. Las más simple y quizás pura que he visto jamás...

Nos toca como grupo de españoles preparar otra vez la cena. Nos superamos respecto a la ocasion anterior, lo hacemos todo peor, con más improvisacion, menos materiales, menos idea y mas irresponsabilidad. Presentamos la comida con mayor retraso y con el aspecto de haber sido arrastrada por el suelo, da ascopena verla pero hemos pasado otro fantástico rato haciendola. Aun así no hay nada como comer con hambre y asi es como la comida desaparece de los platos. Las comidas comunales son al estilo senegales, hay quien come con las manos, hay tenedores y cucharas, se pone una bandeja en medio de la mesa y cada uno que se busque la vida. A esto hay que añadirle que no tienen la costumbre de beber mientras comen con lo cual es dificil alimentarse como dios manda.

Y de noche quiso el cielo bautizar el suelo con su gota a gota. Nos cae otra tormenta de temporada que me retrotrae otra vez a mis 15 años de vida, a las noches de campamento cuando llovia como hoy y no había refugio posible, se abren las puertas de los embalses del cielo, toca resignarse y mojarse y eso hago, me descalzo e intento palear un poco de agua aunque es mas una excusa que una accion, quiero volver a tener los pies en el arroyo, a andar descalzo por la lluvia y sentir la tierra mojada bajo mis pies. Déjame que cuente cuanta lluvia circula entre mis dedos, quiero saltar de charco en charco y abrazar la lluvia que cae, fresca y agradable. Tras la tormenta, nueva velada de risas. Es ya toda una costumbre institucionalizada seguir de cháchara hasta que se apagan las luces por falta de fluido eléctrico.

 

 

Dia 8 Medical Camp VI

Toca actividades con la comunidad en el propio pueblo de Saraya. No hago apenas nada en todo el dia, unas pocas pinceladas de cal en la pared para demostrar mi incompetencia, en el primer viaje en coche para limpiar el centro de salud hundimos el coche en un pozo de arena y con eso ya me doy por satisfecho para todo el dia, casi 6h tardaron en sacar el coche de su agujero con la colaboracion de 2 coches mas y 10 personas. No aportamos nada estando alli aparte de risas y tonterias diversas hasta que las miradas de reproche y el aburrimiento nos hacen volver al campamento. Paso el resto del dia esperando órdenes, intentando descansar un poco que ya me toca, leo, deambulo y vegeto, poca fuerza mas podia sacar.

Por la tarde hay partido de futbol con el equipo del pueblo. Para poder jugar me tengo que poner el peto sudado de otro jugador. Es una guarrada en toda regla, ya que esta completamente empapado en sudor y me resulta agresivo oler tanto a otra persona pero es lo que hay. El árbitro pita descaradamente a nuestro favor, corren como gamos y a mi me puede el calor pero sorprendentemente el partido se resuelve con empate.

 La noche como siempre trae algo diferente, en esta ocasión toca verbena y baile, música africana y mucha astracanada por parte de los de siempre (yo). El ambiente como en todo momento es alegre, mestizaje y compañerismo, todos perdemos al final la vergüenza y quien mas, quien menos se arranca a bailar. Hay una gran, inmensa diferencia entre su manera de bailar y la nuestra. Nosotros, los europeos, somos suaves, patosos, timidos, miedosos. Ellos, los senegales, son eclécticos, frenéticos, arrítimicos pero están provistos de una elegancia total, donde lo que parece que son movimientos agitados responden a un dificil patrón rítmico que soy incapaz de reproducir, me pasaría horas viendolos bailar y no podría aprender nada.

 

 

Dia 9 Medical Camp VII

Ultimo dia de campamento médico, apenas nos vamos a 10kms por la carretera nacional, asi da gusto. Sin embargo el dia no es todo lo agradable que fueron otros. Tengo que encargarme de la farmacia, el ritmo es lento, el doctor me grita las comandas y no nos comunicamos, yo no le entiendo, veo un par de casos bastante graves que tenemos que enviar al hospitalillo de Saraya (que no deja de ser un edificio donde hacen atenciones básicas), por momentos estamos sobrepasados por las urgencias y el doctor parece dejarse llevar por el pánico, algunas familias al completo estan enfermas de malaria y nos vamos de nuevo cuando hemos acabado todos los medicamentos. La comunicación es más dificil y eso no me ayuda, me vuelvo a sentir como parte de una ópera bufa donde no parezco aportar nada, donde soy mas una carga que una solución. Me siento formar parte de un parque temático, me corroe por dentro la sensacion de inutilidad y desperdicio. Como siempre, con la buena compañía se me pasan pronto las penas y recupero el optimismo, el sentido del dia, haciendo que borre toda sombra de duda de porque estoy aquí. Estoy aqui por y para todos ellos, senegales y europeos...

Hoy me decido a dar una vuelta profunda alrededor del pueblo, los niños juegan al futbol en un campo, las casas, agrupadas en recintos cerrados marcados por la familia son pequeñas chozas redondas de techo de paja, rodeadas de maiz y otros cultivos, con baño comunal, sin luz ni agua corriente, no se sabe donde acaba el pueblo y comienzan los campos, tienen una alcaldia vacia y abierta que es mas un corral que un edificio oficial. Los saludos son espontaneos mientras deambulamos por las sendas ya que no tienen calles entre alegres miradas de curiosidad. He debido catalogar un millon de sonrisas, estrechar un millon de manos, nunca niegan un saludo, ni siquiera los niños mas pequeños aun cuando se asusten de ver al hombre blanco. Es curiosa la alegría de la gente, ojalá pudieramos decir lo mismo en nuestros paises...

 Otra noche de jolgorio y risas, creo que ya esta claro que somos un grupo cerrado, impermeable a los contactos externos porque nos queremos y disfrutamos de la compañia mutua como el mayor de los placeres, aun cuando hayamos llegado a un refinado nivel de hijoputismo, donde estamos a la que salta, listos, con la puya en la punta de la lengua, presta para soltarla y disfrutarla. Somos ágiles en el sarcasmo, veloces en la ironia e hirientes en la réplica. Unos mas que otros. Que nos quiten lo bailao....

 

 

Dia 10 Medical Camp VIII

Turismo! Hoy no hay actividades médicas preparadas así que nos acercamos a la cascada de Dindefello. El camino es como de costumbre malo tirando a peor pero como nos sobra la ilusión, solo nos falta cantar, no todo va a ser trabajar. Hay una corta caminata de apenas media hora en lo que nos parece una selva impenetrable y lujuriosa, salvando arroyos para llegar a una cascada paradisiaca, 80 metros de caida vertical de agua argentina enmarcada por macizas paredes absolutamente rotundas.

Nos habian prevenido contra el baño debido a bacterias, parásitos y otras perversidades, incluso nos advertian de no tocar a los niños. Me da igual. Desafío y me lanzo al agua sin temor alguno, la unica manera de expresar la emoción que me explota por dentro es reir, y eso hago, río como si no hubiera otra cosa en el mundo, me sale la risa sola, desbordandome, fresca y fluida como el agua que cae de lo más alto. Es uno de los momentos de felicidad plena, ultimamente he sentido varios, soy un tipo afortunado. Me subo al petril para tirarme al agua una y otra vez y a ratos me quedo bajo el aplastante peso del agua que cae mientras a mis pies lucen dos arcoiris y mis miserias se las lleva el agua que cae, me siento limpio de vergüenza y timidez, libre de toda pena y tristeza.

Las consabidas fotos de rigor, la habitual ración de hijoputismo a la hora de vestirse y remoloneo un rato a la hora de irme, no quiero marchar, acabo saliendo el último, quiero grabar a fuego estas vistas, este pequeño trozo de paraíso ha de quedar impreso en mi retina y mis recuerdos y para ello lo marco en mi corazón con un sello.

Volvemos al campamento donde se celebra una ceremonia formal de despedida con la asistencia de la plana mayor del pueblo, todos emperifollados, vestidos con sus mejores galas y nosotros llevamos ya varios dias con la ropa sucia. Hay discursos, aplausos, celebraciones y regalos pero se siente el olor a adios, es nuestro ultimo dia en Saraya y todo sabe a despedida. Tras la cena, más abrazos, sonrisas mustias,  listas de correos, promesas de amor eterno y más despedidas. Esta vez, con las luces apagadas, incluso las nuestras, que ya estamos agotados, seguimos juntos, casi sin hablar, observando la brillante vida animal africana que se acerca a la vela hasta que finalmente nos retiramos para la cama porque nos es materialmente imposible seguir.

 

 


 

Dia 11 A Dakar

Largo dia de retorno a Dakar, las paradas son continuas a lo largo del eterno camino, incluido un pinchazo, pasamos por un orfanato que rompe el corazón incluso a quien no lo tiene. Aportamos lo que podemos y nos vamos, como siempre con la sensacion de dejar a la gente abandonada. No se quita uno con facilidad la sensación de egoista deshumanizado.

Vamos deshaciendo el cambio del paisaje, retornando a la gran, mísera capital del Senegal. Conforme nos acercamos me crece un sentimiento de repulsion, yo quiero aire puro, espacios abiertos, verdes intensos, no quiero la inmensa contaminación, las multitudes, los pedigüeños, los atascos, la miseria humana y social que se reune en grandes cantidades en esta urbe, quiero volver al paisaje infinito de la sabana africana, de tierra roja y hierba verde, a los caminos con un millon de piedras y a las noches con miles de millones de estrellas, quiero volver al campamento con mis amigos.

El mismo hotel que al comienzo me parecio una mierda absoluta, me parece ahora un lujo relativo, hay agua corriente, caliente incluso, una ducha como mandan los cánones, camas blandas, a quien le importan unas cucarachas mas o menos, la cena es sabrosa y la sobremesa escasa que al dia siguiente toca turistear por la ciudad infame.


 

Dia 12 De Dakar a Gijon

Turismo por Dakar hasta que salga el avion que nos devuelva a nuestras vidas en aquello que parece tan lejano que es Europa, España, Asturies, Gijon...

Empezamos por la isla Goree, es ciertamente un pedacito de cielo colorido entre tanta basura, pese a que toda su belleza se enraice en la lacra de la esclavitud. Sigue habiendo vendedores pero sus coloridas casas, su azul horizonte y su alegre ambiente hace que la visita merezca mucho la pena, será lo unico rescatable de todo el dia. Sobre todo el baño que nos pegamos, hace tiempo (años en mi caso...) que perdimos la vergüenza, asi que nos bañamos, primero con los pantalones puestos y luego en calzoncillos para que algunas se puedan bañar con mis pantalones.

Nos acercamos al mercado de Dakar y nos asalta una nube de moscas cojoneras que se dicen vendedores que al final acaba haciendonos escapar del mercado, nos aburren con sus proposiciones, por cada uno de nosotros tenemos 2 ó 3 vendedores ofreciendonos mercancia y contandonos historias truculentas. Me recuerda a lo peor de los zocos de Tunez o Marruecos asi que huimos cobardemente de la muchedumbre que nos acosa sin pudor.

Dakar poco más tiene para ofrecer, es una urbe deshumanizada y cruel, ausente y desprovista de belleza. Deambulamos un ratito por el resto de la ciudad, haciendo el canelo como es costumbre obligada, visitando el palacio presidencial, la gran estatua que preside la ciudad y viendo como se acerca una furiosa tormenta que nos coge en los coches afortunadamente. Ducha rápida, cena, espectáculo de circo en el aeropuerto y con los mismos pantalones con los que me bañé me subo al avion que finiquita estos dias de placer, de vino y rosas.

 

 


 

C'est fini...

No, no, que el tiempo no se acabe rezaba en la noche senegalesa pero no hubo suerte, se terminó.

Se acabó tomando tierra en Barajas, porque todo tiene su fin y este era el nuestro. Yo, consciente de que habia llegado la hora, amarraba fuerte las emociones para no dejar escapar las lagrimas que me asomaban por la esquina de la cara. Aun así, hasta el ultimo momento fuimos fieles a nuestro estilo, dando por culo a lo largo de todo el avion, sacando fotos, haciendo videos a quien durmiera, estorbando, molestando y riendonos como tontos. Más de lo mismo al bajar del avion y en el trayecto en tren, pese al cansancio, pese a la losa que sabiamos que cerraba esta aventura.

Comenzaron las despedidas sin darnos sitio para las lágrimas, promesas de amor eterno, intenciones de volver a vernos pronto, atando corto sentimientos para no ser el primero en romper a llorar aun cuando las lágrimas aparecían con urgencia. Seguimos con la comedia hasta que me toca despedirme definitivamente, cosa que hago de manera rápida porque se me nota la melancolia, en pleno florecer de emociones no se le ocurre otra cosa que tocarme el culo, yo se lo toco a ella, me voy riendo y cuando me quiero dar cuenta estoy llorando, rio y lloro y no se por donde empezar ni como acabar. Pongo música para tratar de evadirme y suena Chañe, esa hermosa extraña canción, entre melancólica y alegre que ya sonó una vez que se me caia el mundo. Ahora me acompaña en Barajas dando el adecuado broche final a esta aventura. Las lágrimas también me acompañan mientras estoy despierto, cuando vuelo y hasta llegar a casa, me cuesta incluso explicar lo vivido a mis padres sin emocionarme. Debo estar en esos dias y soy un sentimental de marca mayor, pese a estar sucio de muchos dias, con la cara y la espalda quemada, abrasado por los mosquitos, me siento puro y lleno de amor para con mis compañeros, siendo plenamente consciente de que la vida me ha regalado una segunda oportunidad para disfrutar de la amistad, el compañerismo, la alegría, todo aquello que conocí en los campamentos de mi infancia ha vuelto a mi de sorpresa, como un abrazo a traicion...

He recibido un regalo, la llave de la alegría y no quiero cantar como cantaba Eliseo Parra que la he perdido, no. Ésta me ha de durar mucho tiempo. No se si seré mejor persona o si lo realizado realmente aporta algo a la mierda de sociedad que me ha tocado vivir pero las acciones y las palabras pesan y estas me ayudan a andar más ligero...

Intento explicar lo inexplicable y logicamente creo que no soy entendido, quizás porque no soy capaz de explicar con meras palabras la acuarela de mis sentimientos en estos dias, la única conclusión es que cada unidad de tiempo, sea del tamaño que sea, diminuto, mayusculo, ha sido intensa y vívidamente disfrutada.

Voy dejando de llover con el paso de las horas y me crece la marea de saberme único, singular, diferente, por haber tenido la oportunidad de vivir todo esto. Tengo en mi mente un caleidoscópico patrón de colores, olores y sabores, salpimentados con millones de carcajadas, risas sin freno, desmedidas, atrevidas, que brotaron de lo más intimo de mí dejando la semilla de una sonrisa tonta permanente, la sonrisa tonta del que se sabe y se siente enamorado de la vida que lleva. Solo queda agradecer a todos los que fueron partícipes de este momento de mi vida el que contribuyeran en la medida que fuera. Para agradecer a la fundacion AM hago mias las palabras de Llan de cubel, Un Tiempu Meyor.

 

Vosotros que sois tierra
y truena y clarión,
seréis aire y lluz
d'un tiempu meyor.

Vosotros sois el dieldu
y l'aire y la lluz
d'un tiempu meyor.

 

Y namás por vosotros
caltengo la fe
nun tiempu meyor.

 

Nel vuestru sen descanso
y puedo albidrar
un tiempu meyor.

 

No podria expresarlo mejor con mis reducidas letras, yo que soy un descreido, critico y cinico con el papel de las ONG's y en general con las actuaciones del primer mundo en el tercero y sin embargo.. Sin embargo no puedo mas que elogiar el trabajo que desarrolla la fundacion en Senegal porque lo he visto y lo he vivido. Y lo he disfrutado, afortunado de mi.

En definitiva gracias a todos, sobre todo a las llaves de mi alegría, que abren las puertas de lo mejor de mi, una llave con forma de luminosa flor en eterna primavera, otra que es la salsa y alegria de todas las fiestas, todo lo mejora, una que me alegra los mediodias, a veces lo mejor de mi día y otra que me mira y me hace sentirme más capaz de lo que soy.

 

Me fui de España esperando afrontar una experiencia más para sumar al carro de mi vida pero tengo la sensacion de que he muerto y he resucitado.... me fui tallado en madera y vuelvo dibujado en seda. Gracias mundo, gracias vida.

 


 

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